La música de Xavier Calvet es felicidad. Siempre lo ha sido. Lo era cuando lideraba Bullitt, banda entre el indie rock, el emo y el punk rock más melódico con la que grabó cuatro discos que siempre es recomendable recuperar y revisar. Y, sobretodo, lo es ahora, cuando en solitario ha encontrado definitivamente las coordenadas sonoras por las que conducir su trayectoria. Nueva etapa que inició con Firebird (2017), disco del que era imposible no enamorarse, y que prosigue con este nuevo Crosswinds (2019) álbum con el que definitivamente le profesaremos amor eterno. Una pequeña gran obra maestra de pop luminoso barnizado de sonido americana y esa agradable nostalgia que desprenden los acordes en clave de country alternativo.