En La vida por Delante (1994)–disco de oro en 1995-y Con elegancia (1998) cantamos a más de treinta poetas. Nunca nos pusimos límite estilístico ni plazo temporal para cerrar la iniciativa, porque era (y es) un proyecto de vida: queríamos recuperar, desde nuestra propia actitud, la noble tradición de la poesía cantada, conscientes de que el cantor tan solo es un eslabón de esa robusta cadena emocional que es la canción, como arte mayor: esa que ha contribuido a construir el alma de nuestra especie al margen de modas, estilos o dictados mercantiles.
Como siempre que el Loco y yo hemos echado a rodar, pretendemos poder compartir el disfrute de la música, de la poesía y de la Vida, máxime en estos momentos difíciles; y reivindicar por ello espacios de humanidad y solidaridad, ejerciendo nuestra profesión de cantores sin otro alarde que la voz y la emoción de los versos y las guitarras. Propondremos, como siempre, un viaje de ida y vuelta que hermana continentes, sensibilidades y géneros: de Benedetti, Luis Alberto de Cuenca o Aute al pespunte francés de Brel y Brassens; o el pulso y la dicción incomparables de los versos de Johnny Cash o Kris Kristoffersson.