Gilberto Gil

Gilberto Gil tiene el don de incorporar todos los aspectos de la vida cotidiana a su trabajo. Desde la vida familiar hasta los movimientos políticos, sociales o culturales que caracterizan su época, todo es una inspiración para una nueva canción, una idea para una melodía, un movimiento armónico ingenioso.

OK OK OK trae a la familia, amigos cercanos, la enfermedad que experimentó y aquellos que le ayudaron a superarla. Al mismo tiempo, cuestiona la necesidad de tomar una posición como lo exige la sociedad. Los arreglos amplifican su interpretación icónica en voz y guitarra. La producción musical de su hijo Bem y la participación de amigos y familiares destacan en el aspecto íntimo de este trabajo.

Con metales, coros, teclados, guitarras y percusión, Gilberto Gil propone al público sus interpretaciones del universo particular de OK OK OK junto con una selección de sus clásicos que ya forman parte de la vida y la historia de Brasil. La vejez no es un obstáculo para la vitalidad de su actuación, sino más bien un matiz en los niveles infinitos de un artista que continúa experimentando bajo cualquier circunstancia.